viernes, 7 de septiembre de 2012

Lemuel Quiroga se suma a la saga de pintores cacabelenses




Lemuel Quiroga en su última exposición en el MARCA de Cacabelos



Sí, otro más para agregarse a la ya larga lista de pintores cacabelenses. No quisiera pecar de exagerado, pero ¿habrá otro lugar en el mundo que proporcionalmente al número de habitantes haya dado tantos pintores en los últimos setenta años? Y no me refiero a pintores aficionados, que también los tenemos aquí y buenos, me refiero  artistas consagrados y de reconocido prestigio fuera de nuestras fronteras. Recordad a los hermanos Carralero ( Pepe y Rafael), a Cotado, a Luis,  a Peñamil, a Omar, a Mourelo, a Pablo Caurel, a José Udaondo…y otros más que ahora no me vienen a la memoria. Algún vaho desconocido insuflará en las manos de tantos paisanos nuestros la vena artística de la pintura.
Y esa vena, desde luego, irriga copiosamente a Lemuel Quiroga González. Sin cumplir aún su primer cuarto de siglo ya se está haciendo notar en el difícil mundo del arte.
El primer recuerdo como pintor que tengo de Lemuel es el de una tarde de verano en la Iglesia de Pieros. Apenas era un adolescente y ya estaba encargado de enseñar el templo a los posibles visitantes. Como estos más bien eran escasos, ni siquiera existía señal alguna indicando su ubicación, el cicerone, con todos sus bártulos, aprovechaba el tiempo para pintar cobijado en el fresco interior.
-Allí te encontré tratando de comunicarte con un maduro peregrino francés muy interesado por lo que pintabas en aquel momento.
-Sí, lo recuerdo. Era un señor francés, FranÇois,  que elogió mucho el cuadro. Se lo regalé y él me envió posteriormente un libro de pintura.
-¿Recuerdas a qué edad comenzaste a pintar?
-Pintar, pintar, agarrar un pincel con la mano, a los once años.
-Pero seguramente mucho antes ya manifestarías tus dotes.
- Lo más antiguo, creo, fue una pequeña historieta, muy fantástica, que dibujé cuando tenía entre tres y cuatro años. Se trataba de una piña que vivía en una casa y esa casa también era una piña. Yo sólo hice los dibujos, aún no escribía, y le dicté  el texto a mi madre.  Lo tiene guardado.
Toda la vida de Lemuel, hasta su marcha a la Universidad, ha transcurrido en Cacabelos.  Aquí  realizó sus estudios de Primaria en el C.P. “Virgen de la Quinta Angustia” y posteriormente los de ESO y el Bachiller en el Instituto “Bergidum Flavium”. 
"En lontananza" óleo sobre lienzo

-Aparte de las consabidas clases de dibujo y plástica de ambos centros, ¿recibiste alguna formación específica en otros centros?
-A los once años me apuntaron mis padres al estudio de Fren, en Ponferrada, donde daban clase dos hijas suyas. Más tarde acudí a unas clases que daba José Udaondo por las tardes en el Instituto. Ya era un poco mayor y Udaondo me daba más libertad, no era sólo copiar.

Tengo un buen recuerdo de Jimy, un profesor de plástica  que estuvo en el Instituto. De todos los profesores se aprende. Los apuntes de Historia del Arte que nos dio Manolo el de Historia(Manuel Rodríguez Jorge) me sirvieron para la carrera en Salamanca, era muy profundo. Hasta nos decía en clase el nombre del bisabuelo del arquitecto del Partenón de Atenas.
En el viaje de estudios a Italia, me llamó mucho la atención por el interés que ponía a las explicaciones en todos los lugares que visitamos y como iba haciendo acopio de libros específicos de ellos, siempre salía cargado con varios al finalizar.
-Me interesaba mucho todo lo que vimos. Al entrar en la primera sala de los Museos Vaticanos me emocioné al contemplar la amplitud y la cantidad de obras que allí había, pero después me sentí un poco frustrado porque la visita era muy rápida, dejábamos salas casi sin ver(le recuerdo que, para hacer un recorrido como él desearía, se necesitan varios días para observar todo lo que allí se guarda).   Compraba para poder tener yo en casa la posibilidad de ampliar lo visto. Algunos me los recomendaste comprar tú mismo.
Lemuel paseando por Florencia en 2004

-¿Tenías clara la idea de estudiar Bellas Artes?
-Dudé al finalizar el Bachiller en qué matricularme. También me gusta mucho la Historia. En algún momento me pasó por la mente hacer Veterinaria, pero esta carrera la deseché enseguida. Finalmente prevaleció Bellas Artes.
-¿Por qué elegiste ir a Salamanca?¿Tenías información que allí tendrías profesores de Cacabelos?
-No, no sabía nada. Es más, estuve dudando si ir a Pontevedra. ¿Te acuerdas de Xosé, el profesor de gallego? Me llevó hasta Pontevedra para que conociese la escuela y el ambiente de allí. En la decisión de ir a Salamanca también influyó la información que me dio don Jesús.
-Apruebas la selectividad y te vas a tierras charras.
-Bueno, estuve preocupado un tiempo porque previamente tenía que pasar una prueba para ser admitido en Bellas Artes.  Sin embargo la pasé sin problemas. Hice los tres primeros años de comunes y el 3º y 4º de pintura, mi especialidad. 
-¿Muchas dificultades?
-Desde el primer día te das cuenta de las carencias que tienes y de la necesidad de acudir a clase para aprender de todos los profesores.
Por la Facultad de Bellas Artes de Salamanca han pasado ya, anteriormente, varios cacabelenses como alumnos y actualmente imparten clase también dos profesores oriundos de nuestro pueblo.
-¿Se nota el poder de los cacabelenses en aquella facultad?
-No, no te creas. Rafael Carralero tardó mucho tiempo en saber que yo era de Cacabelos. En tercer curso me dio clase Mourelo, tengo muy buen recuerdo de él. Rafael me dio clase el penúltimo año, de paisaje. Lo recuerdo como un profesor muy accesible. Fomentó mucho la relación entre los miembros del grupo.
En Cacabelos hemos tenido la suerte de ir siguiendo la evolución pictórica de Lemuel. Y en 2006 presentó su primera exposición individual en el Museo de San Roque con unos óleos llenos de color dedicados al Camino de Santiago a su paso por nuestro pueblo. Repetirá con nuevas muestras de su trabajo en 2008 y en La Moncloa en 2009, en esta ocasión en una exposición colectiva donde ya se aprecia notablemente la formación y el despegue de su nueva pintura.
- Sí, expuse con Dory Bello y Daniel Marabel. Y traje  una amalgama de cuadros realistas y otros abstractos.
El año pasado se alzó con el Premio de Pintura Rápida en la Plaza de Toros de León y este año podría haber conseguido otro similar limitado al municipio de La Bañeza; pero, ya se sabe, los artistas viven despistados y en su mundo. No creen en fronteras ni las ven. Pintó fuera del término municipal. Consecuencia: descalificado.
Esta anécdota la cuenta Lemuel con la salsa que le añade la propia seriedad que aparenta.
-Durante tus años de licenciatura no has parado: Casa de Cultura de Ponferrada, Segovia, Salamanca, Zamora...y, verano de 2012, Cacabelos de nuevo. Esta vez en el Marca nos enseñas tu “Tierra quemada” que está cubriéndote  de elogios por parte de la crítica. Son óleos sobre tela, óleos sobre tabla y grafitos que nos muestran el momento actual del Lemuel pintor. ¿Qué es Tierra quemada?
-El título es la referencia a la técnica que uso en alguna obra, la encáustica. Por el color, el fuego, hay que quemarlo, es como si lo hornearas. Y los temas son un ensayo de la visión del campo abandonado, desolado y el amor a la tierra con todo lo que habita en ella. Es un doble juego. Mediante el color y la forma genero esa carga de subjetividad que lleva la pintura. Pero no busques ni quimeras ni cábalas místicas, para nada.
  Nosotros sí que te buscaremos.                                                                                                                                                                                                                   
Para ampliar la información sobre Lemuel: http://lemuelquiroga.blogspot.com.es/   (blog personal)  y   www.revistaimprescindibles.com   (revista digital donde colabora)

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