jueves, 24 de abril de 2014

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (C)




          AMANDA, FLORENCIO Y SUS VÁSTAGOS

Antonio Esteban González

Un buen día Florencio le dijo a Amanda  si quería casarse con él  -o eso es lo que se supone-  y Amanda le dijo  -naturalmente-  que sí, que quería casarse con él, que es lo que suelen decir las mozas casaderas, porque hay mozas que nacen para ser monjas y solamente se casan con Dios. Y se casaron porque, por aquellos entonces, las parejas que no se casaban  caían en pecado de concubinato, que es un pecado muy feo que impide recibir los sacramentos y ser enterrado en sagrado. Así que Florencio y Amanda se unieron en el santo vínculo del matrimonio y tuvieron hijos y un buen día, cuando los hijos eran mayores decidieron ponerse delante de una cámara fotográfica para ser recordados por las generaciones venideras.
Siguieron trabajando en una tienda de ultramarinos que era una manera decente de  llevarse el pan a la boca y tuvieron vástagos o, como diría una culta ministra vástagos  y una “vástaga”: Berta, una de las flores más hermosas del  jardín de la villa.
Además de Berta, del matrimonio, nacieron Víctor, Luís y Miguel Ángel que, si hubiese querido, se hubiese convertido en un cantautor importante a nivel regional, pero no quiso y dejó abandonada la guitarra  -un poeta diría que la dejó llorando- en un rincón de su casa.
Esta es, pues, una foto que nos recuerda otros tiempos y a una familia del pueblo. Es una foto, también, entrañable, como todas las fotos que aparecen en esta sección, que está a punto de convertirse en centenaria.      

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