lunes, 24 de agosto de 2015

La feria de San Bartolo ya es historia



Choni despachando pulpo. La única señal de que hoy era feria en Cacabelos


El nombre de San Bartolo está muy ligado a Cacabelos y no solamente porque por ese nombre conocemos el campo comunal y la charca (hoy los más puntillos me corregirán denominándola humedal. Charca, lago, laguna,humedal…). San Bartolo o Bartolomé, el apóstol  nacido en Caná de Galilea, dio nombre también a la tercera de las ferias más importantes del año después de la de San Marcos en mayo  y San Miguel en septiembre. 

Se celebraba esa feria de San Bartolo –o se celebra, porque desconozco que se haya suprimido oficialmente- tal día como hoy, 24 de agosto (onomástica del santo),  en torno a la Plaza Mayor, calle de Santa María, el Sagrao –plazuela al lado de la Parroquia que algún día habrá que bautizar también oficialmente- y las Angustias. Y era precisamente en esta última calle, en la citada plazuela y frente al templo, donde se colocaban enormes fardos con plantones de repollo recién llegados de la zona del Órbigo. 

Acudían a esta feria multitud de compradores de toda la comarca  para proveerse de pequeñas plantas de esta col y cultivarlas posteriormente en sus huertas. La mayoría asociamos el repollo como compañero inseparable del tradicional botillo berciano, pero décadas atrás era una planta alimenticia muy consumida por hombres y animales domésticos en los meses de invierno principalmente. Se vendían por cientos en fajos o atados.

-Te decían que era un ciento el atado, vete a saber. Aquí se vendían miles y miles de plantas, qué se yo… era una de las ferias que reunía más gente (Recordaba esta mañana Paco Peña, uno de los cacabelenses con más solera. 

Con el cambio de las costumbres y el abandono de las huertas, la feria fue poco a poco perdiendo importancia hasta convertirse, hasta hace unos pocos años, en un pequeño mercadillo en el jardín de la Plaza de Abastos. Hoy, incluso muchos provectos cacabelenses, vivieron esta fecha sin asociarla con otras similares, un poco  lejanas ya, que acogían un multitudinario día de feria. 

Jardín de la Plaza de Abastos, último rincón donde se vendió repollo
Sin embargo, algo indicaba que este lunes no era un día cualquiera. En el sitio habitual de los días de feria esta mañana estaba montado el puesto de pulpo de las hijas de Emiliana. Choni y Pili, contra viento y marea, cumplieron con la tradición poniendo a la venta las tapas del pulpo a feira y chicharro en escabeche. Igual que décadas atrás la hiciera su madre y antes otros antepasados.
 ¡Las únicas!

1 comentario :

  1. que pena carlos que se vallan perdiendo las tradiciones, si hoy no se vende repollo tendríamos que inventar alguna otra cosa, lo bonito seria no perder nuestras tradiciones y nuestras ferias.
    Yo también me sumo a que la plazuela de la iglesia pase a llamarse oficialmente EL SAGRAO
    un saludo Miguel Prieto

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