domingo, 27 de septiembre de 2015

LA EXTRAORDINARIA VIDA DE HORACIO GUERRA III



                          EL PEGASO Z-102 DE FELIX HUARTE GOÑI                                     Por Antonio Esteban gonzález
                         
-Cuando le dije a mi visitante que el coche lo vendía por doce millones, él, se acarició el mentón dubitativamente.
-Déjeme que lo piense  -dijo-
-Hágalo  -respondí-  pero debe saber que tengo otras ofertas… y, si acepta, quiero el dinero aquí, en mano. Doce millones, billete sobre billete. No quiero trasferencias bancarias.
-De acuerdo. En un par de días le daré la respuesta
Salió.
-Sinceramente, pensé que aquel hombre no regresaría con los doce millones, pero, a los dos días llamaba nuevamente a mi puerta por la mañana. Traía en su mano una cartera con el dinero.
+++
-Pasaron varios años. Yo había invertido parte de los doce millones en un negocio que me apasionaba: la producción de películas que, durante algún tiempo, ocupó mi vida. Incluso dirigí alguna de bajo coste.
Horacio hace una pausa.
Horacio Guerra
-Pero, a lo que iba: un buen día viajé a Estados Unidos. Llegué a Nueva York al amanecer y como no me apetecía meterme en la cama, le pregunté a la recepcionista del hotel que en donde podía tomar la última copa de la noche o la primera de la mañana jajajajaja.
-Aquí al lado,  -me dijo-  hay un local que está abierto y, además de tomar la copa, puede ver su museo.
Anduve, a pie, los escasos metros que me separaban del local. Pagué cinco dólares por la entrada y pasé al interior y… ¡allí estaba, en el centro del amplio holl, brillantemente iluminado, el Pegaso Z-102…¡
-Pero… dije-  Y ¿ese coche…?
-El coche es un modelo único  -dijo la azafata que me acompañaba-  que se fabricó en España hace algunos años. Quedan muy pocas unidades y esta es una de ellas.
-Que fue fabricado en España, ya lo sé  -respondí-   Es que… ese coche, ese Pegaso Z-102 con matrícula NA 7445 y cuyo primer propietario fue don Félix Huarte Goñi, también fue mío.
-¿Suyo..? Este coche fue adquirido en una subasta de Christie’s.
-¿Tiene usted, a mano, la documentación…?  -interrumpí-
-Claro que sí.
Buscó en un archivador y, a los pocos minutos volvió con unos papeles que puso en mis manos.
- Tenga.
Eché un vistazo.
-Mire, señorita: aquí está mi nombre. El primer propietario fue don Félix Huarte Goñi que me lo vendió a mí, a Horacio Díaz López que soy yo.
+++
-Me devolvieron los cinco dólares que había pagado por la entrada al local y me invitaron a una copa e, incluso, la azafata quiso fotografiarse conmigo ante el Pegaso Z-102.  Esa es la historia. Al cabo de muchos años volví a reencontrarme con aquel fabuloso automóvil con el que había soñado un día y que, también, estuvo en manos de Antonio Creus que lo usó en alguna prueba automovilística. Y es que la vida es un pañuelo. Un pañuelo, a veces sucio, pero un pañuelo.
CONTINUARÁ
Próximo capítulo: EL DIA QUE HORACIO GUERRA CONOCIO A FELIPE GONZALEZ

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