miércoles, 24 de agosto de 2016

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCXXXIII)

Toda la flota de carros para la venta de helados Fuquín
De izquierda a derecha: Tino el Molinero, Santiago Yebra El Fuco, Pepín el Reinoso , Lolo el hernano de Santiago y Ricardo Ganahoras.


HELADOS A TRES PESETAS
Por Antonio Esteban González
Arévalo. Julio. Mil novecientos cincuenta y seis. Ardía, bajo los soles del  verano, la meseta castellana. Era un sol penitencial y blasfemo, por definirlo de alguna manera.
Aguardábamos, en la estación, el tren que nos llevaría a la capital de la provincia,  -cincuenta kilómetros-  mis compañeros y yo cantando aquello que tanto gustaba a los curas: “¡Qué buenos son..¡.¡Qué buenos son los hermanos salesianos que nos llevan de excursión…¡”. Porque íbamos de excursión a Ávila para ver las murallas y, sobre todo, para rezar a Santa Teresa, a quien Franco había  quitado su brazo incorrupto.
Mi amigo Antonio Gallego que era, según don Blas Calejero, el profesor, un genio en matemáticas, compró un helado de cucurucho  -tres pesetas de entonces y un céntimo de euro, hoy-  para saborearlo, una hora después, a la llegada a Avila. Lo dejó en el portaequipajes y, naturalmente, a los cinco minutos no había helado.
La anécdota me sirve para hablar de aquellos helados que saboreábamos hace sesenta años, como los que fabricaba “El Fuco” y vendía Ricardo, por mal nombre “Ganahoras”, a quien se ve en la fotografía, en las fiestas de los alrededores. Eran helados naturales, sin aditivos, de fresa o de nata o de vainilla, muy diferentes a los helados industriales de hoy, que, además de grasas vegetales, llevan goma garrofín, goma guar y carragenados.“Fuco no conocía estos ingredientes y los helados sabían a vainilla o a fresa. Eran helados de cucurucho o al corte, que costaban tres pesetas.
Nos quedan, hoy, eso sí los anuncios de estos helados:
“El helado de fresa nunca faltará en la mesa”.
“¿Helados de cucurucho..?. A todos  nos gustan mucho.
“En las bodas, no es disparate, un helado de chocolate”.
No    si  estarán  de  acuerdo conmigo, pero creo que, hoy, -verano, 2016-  todos añoramos, un poco los helados que fabricaba “El Fuco”.

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